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Mostrando entradas de 2024

Os conviene que Yo me vaya

Meditación sobre Jn 16,5-15 La conversación de Jesús con los suyos en el Cenáculo es una larga despedida. Se acerca el final: “Ahora me voy a aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: ¿Dónde vas? Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza”.  Jesús vuelve al Padre. Tiene que culminar la obra de la Redención y reconciliarnos con Él. El corazón de sus discípulos se llena de tristeza. ¿Qué va a ser de ellos sin su Maestro? Qué hora tan dolorosa para los apóstoles. Después de tres años de convivencia estrecha ahora el Señor les va a dejar. ¿Qué será su vida sin Él? ¿Qué será de ellos en un mundo que los odia y los va a perseguir con saña, como Jesús les acaba de decir con terrible claridad? El Señor les tranquiliza: todo responde al designio de salvación de Dios: “Pero Yo os digo la verdad: Os conviene que Yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito, pero si me voy, os lo enviaré. Y cuando Él venga convencerá

La oración de Jesús en el Cenáculo

Med sobre Jn 17,1-26 En el Cenáculo, justo antes de salir hacia Getsemaní, Jesús se dirige a su Padre Dios. Esta intensa oración expresa los sentimientos con los que Cristo afronta su Pasión, y es la puerta por la que Jesús va ha entrar en el misterio que culminará en la glorificación del Padre y en su propia glorificación. Así habló Jesús, y levantando los ojos al cielo dijo: “Padre, ha llegado la Hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que Tú le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que Tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame Tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese”.  Ha llegado la hora que la humanidad esperaba desde el pecado del origen; la hora ser liberados de la esclavitud del pecado

Caminad en el amor

  Meditación sobre Ef 5,1-10 San Pablo acaba de decirnos:  No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención. Toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre vosotros. Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo En este horizonte continúa: Imitad, por tanto, a Dios, como hijos queridísimos, y caminad en el amor, lo mismo que Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios. Qué palabras tan admirables. En estas pocas líneas está contenido el misterio del cristianismo, que es un misterio de amor familiar. Emociona pensar que somos hijos queridísimos de Dios, que podemos imitar a nuestro Padre Dios caminando en el amor, por ese camino que ha abierto Cristo, y que le ha llevado a entregarse por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios.     Me parece que hay que dejar que las

La vida nueva en Cristo

  Meditación sobre Ef 4,17-32 San Pablo nos acaba de decir que la finalidad de la vida del cristiano es que, viviendo la verdad con caridad, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza, Cristo . Con este entusiasmante horizonte escuchamos al Apóstol. Por lo tanto, digo y testifico esto en el Señor: que ya no viváis como viven los gentiles, en sus vanos pensamientos, con el entendimiento oscurecido, ajenos a la vida de Dios a causa de la ignorancia en que están por la ceguera de sus corazones. Los cuales, habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas. Qué escena tan penosa. Están ajenos a la vida de Dios y, como consecuencia, han perdido el sentido moral y se han entregado a todo tipo de libertinaje. Como viven ajenos a Dios, que es la Luz, tienen el entendimiento oscurecido y el corazón ciego; viven en la ignorancia por excelencia, que es no conocer a Dios. Qué triste que puedan llegar a ese estado unas perso

La armadura de Dios

  Meditación sobre Ef 6,10-20 Las Cartas de San Pablo están cuajadas de páginas admirables dedicadas a invitarnos a luchar para ser fieles a Jesucristo. Son unas páginas en las que el Apóstol se va centrando en todas las dimensiones de la vida de fe del cristiano. Son páginas que hay que leer despacio, meditar en la oración y, con la gracia de Dios, esforzarse en vivirlas. Esta página que vamos a meditar se centra en las armas necesarias para vencer en la lucha en esos distintos campos, lucha cuya finalidad es permanecer fieles a Cristo Jesús. Por lo demás, confortaos en el Señor y en la fuerza de su poder; revestíos con la armadura de Dios para que podáis resistir las insidias del diablo, porque no es nuestra lucha contra la sangre o la carne, sino contra los principados, las potestades, las dominaciones de este mundo de tinieblas, y contra los espíritus malignos que están en los aires. Por eso, poneos la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo y, tras vencer en todo,

La palabra de la Cruz

Meditación sobre 1 Cor 1,17-31 Después del saludo y la acción de gracias, que tiene en esta Carta una gran densidad doctrinal, el Apóstol exhorta a los cristianos de Corinto a vivir la unidad y, como no quiere ser motivo de división, les aclara que, desde que se encontró con Jesús en el camino de Damasco, él conoce la misión para la que está en el mundo y cómo tiene que llevarla a cabo: Porque Cristo no me envió a bautizar sino a evangelizar, y no con sabiduría de palabras, para no desvirtuar la Cruz de Cristo. Realmente la palabra de la Cruz es una necedad para los que están en vías de perdición; mas para los que están en vías de salvación, para nosotros, es fuerza de Dios. Porque escrito está:  Destruiré la sabiduría de los sabios,  y anularé la inteligencia de los inteligentes .  ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el investigador de las cosas de este mundo? ¿No convirtió Dios en necedad la sabiduría del mundo? La palabra de la Cruz . Qué expresión tan poderosa y sugeren