Meditación sobre Jn 2,1-12 San Juan nos dice que fue en una boda –que en la Escritura es una poderosa imagen de la Salvación– donde Jesús supo que había llegado su Hora: Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le responde: “Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora”. Dice su madre a los sirvientes: “Haced lo que Él os diga”. “No tienen vino” . Jesús entiende perfectamente lo que su Madre espera de Él. Pero Jesús vive desde el Padre. Es el Padre el que determina cuándo ha llegado su hora, esa hora que culminará en la Cruz. Por eso su respuesta. Eso María lo sabe bien. Lo aprendió de labios de su hijo en el Templo de Jerusalén: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre?” Pero María sabe también que para determinar esa hora Dios Padre contará
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