Meditación sobre Jn 19,6-16 San Juan nos acaba de decir: Volvió a salir Pilato y les dijo: “Mirad, os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro ningún delito en Él”. Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles Pilato: “Aquí tenéis al hombre”. Ante el Rey que es Cristo Jesús –aunque la “entronización” de Jesús ha estado movida por el desprecio y la burla– los sumos sacerdotes tienen que tomar la decisión definitiva: o aceptan a Jesús como Mesías Rey o aceptarán por rey al César. No hay otra salida de la situación en la que ellos mismos se han metido acudiendo al procurador romano. Lo que sucedió es, por desgracia, bien conocido. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: “¡Crucifícalo, crucifícalo!” Les dice Pilato: “Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo ningún delito encuentro en Él”. Los judíos le replicaron: “Nosotros tenemos una ley y según esa ley debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios”. Cuando oyó
Meditaciones para amigos