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Mostrando entradas de julio, 2021

No tenemos más rey que el César

Meditación sobre Jn 19,6-16 San Juan nos acaba de decir:  Volvió a salir Pilato y les dijo: “Mirad, os lo traigo fuera para que sepáis que no encuentro ningún delito en Él”. Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles Pilato: “Aquí tenéis al hombre”. Ante el Rey que es Cristo Jesús –aunque la “entronización” de Jesús ha estado movida por el desprecio y la burla– los sumos sacerdotes tienen que tomar la decisión definitiva: o aceptan a Jesús como Mesías Rey o aceptarán por rey al César. No hay otra salida de la situación en la que ellos mismos se han metido acudiendo al procurador romano. Lo que sucedió es, por desgracia, bien conocido. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: “¡Crucifícalo, crucifícalo!” Les dice Pilato: “Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo ningún delito encuentro en Él”. Los judíos le replicaron: “Nosotros tenemos una ley y según esa ley debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios”. Cuando oyó

He hablado abiertamente

Meditación sobre Jn 18,12-32 Una vez que detienen a Jesús en Getsemaní comienza el teatro de los juicios. Se puede decir que desde su bautismo en el Jordán la vida del Señor ha sido un largo proceso. Un proceso que comenzó con la investigación de las autoridades de Jerusalén sobre el Bautista en cuanto comenzó a dar su testimonio de Jesucristo. San Juan lo cuenta así: Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: ¿Quién eres tú? Él confesó, y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Él dijo: No lo soy. ¿Eres tú el profeta? Respondió: No. Entonces le dijeron: ¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo? El proceso va a culminar ante el Sumo Sacerdote que, con otro tenor literal, le va a hacer la misma pregunta a Jesús. Pero la sentencia estaba dictada desde hacía tiempo: Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de

¿A quién buscáis?

  Meditación sobre Jn 18,1-13  Jesús termina la oración en el Cenáculo. Ahora va a respaldar sus palabras con la entrega al Padre de su vida por nosotros. Acogiendo el Sacrificio de Cristo y sentándolo a la diestra de su Majestad en las alturas, el Padre está acogiendo su oración. Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron Él y sus discípulos. Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos. Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas.  Jesús no se esconde. Que se reunía allí con sus discípulos lo sabía Judas y lo sabía todo el que tenía algún interés en Jesús. Desde luego lo sabían las autoridades judías que desde que Juan Bautista empezó a dar testimonio del Señor lo han acosado con saña. Entonces, ¿qué pinta Judas? Nada. Para el desarrollo de lo

Confiad, Yo he vencido al mundo

Meditación sobre Jn 16,16-33 Termina la larga conversación de Jesús con sus discípulos en el Cenáculo. El Señor tiene por delante la muerte y la Resurrección. Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver. Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí: ¿Qué es eso que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’ y ‘Me voy al Padre’? Y decían: ¿Qué es ese ‘poco’? No sabemos lo que quiere decir.      Jesús comprendió que querían preguntarle y les dijo: ¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’? En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También v

Él dará testimonio de mí

Meditación sobre Jn 15,26-16,4 Después de la terrible palabra sobre el odio del mundo, Jesús continúa:  Cuando venga el Paráclito, que Yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.     Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas, e incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho.  El Espíritu de la Verdad dará testimonio de Jesucristo. Sólo Él puede hacerlo. Sólo con su asistencia se puede salvar la distancia insalvable desde Jesús de Nazaret, el hijo de María, al Mesías de Israel, el Hijo de Dios. Para dar ese testimonio Jesús nos lo enviará de junto al Padre. Siempre el misterio de la Santísima Trinidad.    Con la asistencia del