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Mostrando entradas de septiembre, 2022

Muerte del Bautista

Meditación sobre Mc 6,14-29 El nombre de Jesús se va difundiendo por Galilea. Muchos lo asocian al de Juan: Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: “Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas”; otros decían: “Es Elías”; otros: “Es un profeta como los demás profetas”. Al enterarse Herodes, dijo: “Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado”. Los Evangelios están cuajados de estas manifestaciones de interés sobre quién es Jesús. Reflejan el deseo de los evangelistas por que nos hagamos esa pregunta cada uno. San Juan expresa con claridad este deseo al final de su Evangelio:  Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su Nombre . Los Evangelios están al servicio de nuestra fe. Nunca lo agradeceremos bastante, porque e

Glorificad a Dios en vuestro cuerpo

Meditación sobre 1 Cor 6,11-20 San Pablo les explica a los cristianos de Corinto que su conversión ha sido obra de la Santísima Trinidad: Habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre de Jesucristo el Señor y en el Espíritu de nuestro Dios. Lavados con la Sangre de Cristo, trasplantados del poder del pecado al reino de la Santidad de Dios, transformados de rebeldes en justos ante Dios. Ahora el Apóstol va a sacar algunas consecuencias: «Todo me es lícito»; mas no todo me conviene. «Todo me es lícito»; mas ¡no me dejaré dominar por nada! «La comida para el vientre y el vientre para la comida». Mas lo uno y lo otro destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder.  Una vez que has sido liberado por Dios ya no puedes dejarte dominar por nada. El cuerpo es para el Señor, que llevó nuestros pecados en su cuerpo. Así