Meditación sobre Mc 8,1-21 Para entender lo que vamos a escuchar ahora hay que tener claro que Jesús no ha venido al mundo a resolver carencias sociales, sino a reconciliarnos con su Padre Dios como hijos. Por eso este milagro es un gran signo. Un signo que tiene un doble sentido. Escuchemos al evangelista: Por aquellos días, habiendo de nuevo mucha gente y no teniendo qué comer, llama Jesús a sus discípulos y les dice: “Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos”. Sus discípulos le respondieron: “¿Cómo podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto? Él les preguntaba: “¿Cuántos panes tenéis?” Ellos le respondieron: “Siete”. Entonces mandó a la gente acomodarse sobre la tierra, y tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la
Meditaciones para amigos