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Mostrando entradas de enero, 2022

La lámpara y el candelero

Meditación sobre Mc 4,21-25 En el Cenáculo, a punto de dirigirse al encuentro con la Cruz, Jesús dijo a sus discípulos: Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado. La Cruz es el candelero desde el que Jesús iluminará el mundo con su amor obediente al Padre. El Padre acogió la ofrenda de su Hijo y nos reconcilió con Él como hijos. Con este horizonte escuchamos a Jesús:  Les decía: “¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga”. Jesús es la lámpara y la Cruz es el candelero. El Crucificado ilumina el mundo revelándonos que Él lo hace todo por amor a su Padre, para llevar a cabo la misión que el Padre le ha enc

Sintió compasión de ellos

Meditación sobre Mc 6,30-56 Los Doce vuelven de la misión a la que Jesús les ha enviado: Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: “Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco”. Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer.  El primer envío de los Doce en misión apostólica es una hora importante en el plan de formación que Jesús ha preparado para sus apóstoles. Todo lo que Jesús hace y dice lo dirige, principalmente, a formar a sus discípulos y, además, a ellos dedica las enseñanzas más profundas, como el largo discurso en el Cenáculo que nos ha dejado San Juan en su Evangelio. Por eso ahora el Señor quiere dedicarles un tiempo a ellos solos; para que descansen, le cuenten con calma la experiencia que han vivido, y poder dedicarse a su formación con calma y sin el avasallamiento de la muchedumbre. El proyecto no cuajará: Y se fueron en la

El Día de Cristo Jesús

Meditación sobre Flp 1,1-11 Filipos, en Macedonia, fue la primera ciudad que el Apóstol evangelizó en Europa; ocurrió entre finales del año 50 y principios del 51. Las circunstancias de esa evangelización están narradas con bastante detalle en Act 16,11-40. La relación de San Pablo con esta iglesia fue siempre especial, marcada por el amor, la confianza y la fidelidad. La Carta a los Filipenses, escrita desde la cárcel, es la más preciosa de las Cartas del Apóstol. Cuando la escribe, Pablo lleva años de fatigas y castigos injustos y durísimos; y puede ser enviado al verdugo en cualquier momento. Le importa un bledo. Lo que le importa, lo que llena su corazón de alegría, lo que le lleva a vivir dando continuamente gracias a Dios es que los cristianos de Filipos viven su fe con plenitud y colaboran en la difusión del Evangelio.  El saludo: Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los epíscopos y diáconos. Gracia a vosotros y p

El envío de los Doce

  Meditación sobre Mc 6,7–13 La enseñanza de Jesús no ha sido acogida en su patria, pero eso no le desanima. Él ha salido del Padre y ha venido al mundo para predicar el Evangelio de Dios y, cuando termine su misión, dejará otra vez el mundo y volverá al Padre. Sus Apóstoles continuarán su misión. Serán responsables de que el cristianismo no quede encerrado en el mundo judío como una secta más, y se abra a los gentiles; y llevarán los tesoros de Israel a la Iglesia. Jesús comienza enviándolos a las ovejas perdidas de la Casa de Israel:  Y llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles potestad sobre los espíritus impuros. Y les mandó que no llevasen nada para el camino, ni pan, ni alforja, ni dinero en la bolsa, sino solamente un bastón; y que fueran calzados con sandalias y que no llevaran dos túnicas. Y les dijo: Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la p

Se maravilló de su falta de fe

Meditación sobre Mc 6,1-6 La dignidad de Nazaret. Qué emoción debió sentir Jesús al entrar en esa sinagoga donde había acudido tantos años –muchos en compañía de José– al culto de los sábados. Ahora es Jesús el que enseña. El sábado y la sinagoga han cumplido su misión.    Jesús ha ido con sus discípulos. Cuando, más adelante, los discípulos experimenten el rechazo del anuncio del Evangelio se acordarán de que el Maestro fue rechazado en su patria. Y no se vendrán abajo. Comprenderán que Dios respeta la libertad del hombre y cuenta con ser rechazado. Jesús los está formando para el futuro. La formación de los discípulos es una de las líneas de fuerza del Evangelio de Marcos. Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: ¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo