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Mostrando entradas de enero, 2023

La mirada de Jesús

Meditación sobre Mt 4,12-22 El Señor, en el Templo de Jerusalén, nos revela:  Jesús les habló otra vez diciendo: “Yo soy la Luz del mundo; el que me siga no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Jesús es la Luz que el Padre ha enviado al mundo para que su salvación alcance hasta los confines de la tierra. De cada uno depende el acogerla, y caminar los caminos de este mundo en la luz de la vida, o rechazarla y vivir envuelto en tinieblas y sombras de muerte. Estas palabras de Jesús son el horizonte para entender lo que ahora escuchamos. Cristo comienza su misión mesiánica:  Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazará vino a residir en Cafarnaúm, junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí,  camino del mar, allende el Jordán,  Galilea de los gentiles! El pueblo que habitaba en tinieblas  ha visto una gran luz;  a los que habitaban en pa

El bautismo de Juan

Meditación sobre Mc 1,1-8 San Marcos abre su evangelio diciendo: Principio del Evangelio de Jesús, Cristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en Isaías el profeta:  Mira, envío mi mensajero delante de ti,  el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor,  enderezad sus sendas» .  Apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de la Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.  El Evangelio de Jesús, la verdadera y única Buena Nueva es que Jesús es Cristo, el Hijo de Dios; que el Hijo de Dios es ahora también Hijo del hombre. Por eso, propiamente hablando, el principio del Evangelio de Jesús está en el Corazón del Padre, que nos ha enviado a su Hijo y ha ungido con su Espíritu al Hijo de María.     La grandeza de los Profetas de Israel es la fe en que su Dios, que es rico en miserico

La Buena Nueva

Meditación sobre Mc 1,1 San Marcos abre su evangelio diciendo : Principio del Evangelio de Jesús, Cristo, Hijo de Dios.  Me parece que para entender a qué se refiere Marcos con el término Evangelio –Buena Nueva– hay que considerar que  el pecado del origen marcó el mundo con el sello de la maldad y de la muerte. La terrible palabra de Dios certifica el sometimiento del hombre a la muerte: Al hombre le dijo: “Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que Yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida; espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo; con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás” . Y la mirada de Dios contempla el dominio de la maldad: El Señor, al ver cuánto había crecido la maldad del hombre sobre la tierra, y que todos los pensamientos de su corazón tendían siem

Éste es mi Hijo amado; escuchadle

Meditación sobre Mc 9,1-13 Estamos en la zona de Cesarea de Filipo. Jesús ha comenzado a enseñar a sus discípulos que se encamina a su Hora, y deja claro que la última palabra la tendrá la vida: Les decía también: “Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios”.  Verán venir con poder el Reino de Dios: verán al Señor Resucitado, la Ascensión, la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés, y la asombrosa expansión del Evangelio que nos relata el libro de los Hechos de los Apóstoles. Jesús no engaña; la Transfiguración es un anticipo: Seis días después, Jesús se llevó con Él a Pedro, a Santiago y a Juan, y los condujo, a ellos solos aparte, a un monte alto y se transfiguró ante ellos. Sus vestidos se volvieron deslumbrantes y muy blancos; tanto, que ningún batanero en la tierra puede dejarlos así de blancos. Y se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. Pedro, tomando la palabra, le di

El Espíritu de Dios

Meditación sobre 1 Jn 3,23-4,6 Jesús, en la sinagoga de Cafarnaúm, nos revela la voluntad de Dios: “Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que Yo lo resucite el último día”. Y, a punto ya de encaminarse a Getsemaní, nos deja su mandamiento: “Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como Yo os he amado” Con el horizonte de estas palabras escuchamos o que la Carta de San Juan nos dice del mandamiento de Dios: Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros conforme al mandamiento que nos dio. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio. El mandamiento de Dios es que creamos en su Hijo y, fruto de esa fe, que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado. Si guardamos los mandamientos de Dios, Él permanece en nosotros y nosotros en Él.     La clave es la