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Mostrando entradas de febrero, 2023

El encuentro con Satanás

Meditación sobre Mt 4,1-11          San Mateo termina el relato del bautismo de Jesús en el Jordán diciendo: Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre Él. Y una voz que salía de los cielos decía: “Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco”. La poderosa revelación de quién es Jesús que contiene esta página va a quedar subrayada por el encuentro del Señor con Satanás: Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes”. Mas Él respondió: “Está escrito: «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios»”. Jesús no obra desde ninguna instancia extraña. Jesús es el Hijo amado. Obra desde el Padre; vive de toda palabra que sale de la boca

La oración de los elegidos de Dios

Meditación sobre Lc 18,1-8 Vamos a escuchar una parábola en la que Jesús nos invita a pedir con insistencia, y nos da la seguridad de que Dios escuchará nuestra oración.   Les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer, diciendo: “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: ¡Hazme justicia contra mi adversario! Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme”.      Dijo, pues, el Señor: “Oíd lo que dice el juez injusto. ¿Y Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aun cuando los haga esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe sobre la tierra?” El evangelista deja claro que Jesús nos ha dejado esta parábol

Jesús en el Templo

  Meditación sobre Mc 11,12–25 San Marcos nos cuenta de un modo enigmático cómo concluye la entrada mesiánica de Jesús: entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania . Lo que Jesús vio en el Templo tiene una importancia central en lo que sigue. Al día siguiente, saliendo ellos de Betania sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: “¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!” Y sus discípulos oían esto. La higuera simboliza a Israel. La maldición de Jesús responde a lo que pasó el día anterior y a lo que vio en el Templo. El Israel de los sumos sacerdotes, de los escribas, y de los fariseos ha terminado; quedará estéril. Marcos nos dará la razón. Pero hagamos una digresión. Hacia el año 740, el profeta Isaías tuvo una visión en el Templo de Jerusalén: El año de la muer

¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor!

  Meditación sobre Mc 11,1-11 Al comienzo de su misión mesiánica, Jesús entró un sábado en la sinagoga de Cafarnaúm y se puso a enseñar. La reacción fue: Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas . El evangelista continúa:  Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios”. Jesús, entonces, le conminó diciendo: “Cállate y sal de él”. Y agitándolo violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él . Jesús no quiere equívocos; ni quiere alimentar en el pueblo las expectativas de un mesianismo en la línea del poder. Por eso la orden tajante que el espíritu inmundo se ve obligado a obedecer. Ésta va a ser su forma habitual de actuar de Jesús. Hasta que llegue la hora de manifestarse en Israel. Entonces se presentará en Jerusalén como el Mesías Rey

El corazón del hombre

Meditación sobre Mc 7,1-23 Asistimos al encuentro de Jesús con algunos escribas y fariseos. Primero hay que prestar atención a lo que las tradiciones humanas pueden significar para la verdadera religión: Se reúnen junto a Él los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. Y vieron a algunos de sus discípulos que comían los panes con manos impuras, es decir, sin lavar. Como los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen, y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas, por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: “¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?”  El tema es la obligatoriedad de la tradición de los antepasados. Lo que realmente está en juego es la verdadera relación con Dios. La respuesta de Jesús es contund

Tú eres mi Hijo amado

Meditación sobre Mc 1,9-13 Juan está bautizando en el Jordán. El evangelista nos dice: Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto subió del agua vio que los cielos se abrían y que el Espíritu, en forma de paloma, descendía sobre Él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”. Jesús va a las aguas del Jordán a encontrarse con la conversión del Israel fiel. Sumergiéndose en lo profundo de las aguas El Señor cierra la etapa preparatoria de la historia de la Salvación. Sumergiéndose en lo profundo de las aguas el Señor carga, de modo simbólico, con los pecados de Israel. Su Pasión y Resurrección harán real este simbolismo y lo ampliarán al mundo entero. Al subir del agua, con la apertura de los cielos, se inicia una nueva creación; es una imagen poderosa de lo que sucederá el día de la Ascensión.     Jesús es Cristo, el Ungido por Dios con el Espíritu Santo. Jesús es