Meditación sobre Heb 10,1-18 Otra vez, a la ineficacia de los ritos y sacrificios repetidos con frecuencia según la ley de Moisés, contrapone el autor de la Carta a los Hebreos el único y eficaz Sacrificio de Cristo Jesús. No conteniendo, en efecto, la Ley más que una sombra de los bienes futuros y no la realidad de las cosas, no puede nunca, mediante unos mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, dar la perfección a los que se acercan. De otro modo, ¿no habrían cesado de ofrecerlos, desde el momento que los que ofrecen ese culto no tendrían ya conciencia de pecado una vez purificados? Al contrario, con esos sacrificios se renueva de año en año el recuerdo de los pecados. Es imposible, de hecho, que la sangre de toros y machos cabríos elimine los pecados. La Ley, que todo lo que contiene son sacrificios de toros y machos cabríos, no es más que una sombra de los bienes futuros. Por eso los sacrificios que Israel ha ofrecido a Dios durante siglos según la ley...
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