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Mostrando entradas de octubre, 2025

Señor, enséñanos a orar

Meditación sobre Lc 11,1-4 Nos dice  San Lucas: Y sucedió, que hallándose Él orando en cierto lugar, así que acabó le dijo uno de los discípulos: “Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos”. Ver orar a Jesús debía ser algo conmovedor. Jesús reza solo. Su relación con el Padre es única. Para introducirnos en esa relación ha venido el Hijo de Dios al mundo. Por eso la petición de ese discípulo es una petición que cada cristiano tiene que hacer propia. Solo la oración que Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, dirige al Padre es verdadera oración. Por eso solo Jesús puede enseñarnos a rezar y solo Él, introduciéndonos en su oración, puede hacernos capaces de rezar como hijos de Dios. Él les dijo: “Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino. Danos cada día nuestro pan cotidiano; y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe; y no nos dejes caer en tentación”. Jesús nos dice que tenemos que abri...

El Señor es mi luz y mi salvación

Meditación sobre Sal 27 El Salmo 27 es una poderosa revelación de la naturaleza de Dios, una preciosa oración, y un firme acto de fe, de esperanza, y de amor. ¿Quién es el autor de esta revelación? ¿el salmista? No. La sabiduría, la ciencia, y la piedad humana no puede llegar al misterio de Dios. El autor es el Espíritu Santo, que es también el autor de todas esas magníficas revelaciones de las que está cuajado el Libro de Salterio. El Salmo comienza con un admirable acto de fe: De David . El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? El Señor es el refugio de mi vida, ¿por quién he de temblar? Cuando se me acercan malhechores para devorar mi carne, son ellos, mis adversarios y enemigos, los que tropiezan y sucumben. Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no teme; aunque estalle una guerra contra mí, estoy seguro en ella. Dios es mi luz, Dios es mi salvación, Dios es el refugio de mi vida. Qué poderosa revelación sobre la naturaleza de Dios y su relación con el salm...

El encuentro con Jesús glorioso

Meditación sobre Lc 21,25-36 Las últimas palabras de Jesús antes de la Pasión son de una importancia extrema. Las vamos a meditar para que podamos guardarlas en el corazón y nos llenen la vida de gozo y de paz. Lo primero que Jesús nos revela es su Venida: “Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque  las fuerzas de los cielos  serán sacudidas. Y entonces verán  venir al Hijo del hombre en una nube  con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra redención”. La angustia, el terror y la ansiedad hasta la muerte, forman el marco en el que los hombres veremos venir a Jesucristo glorioso. Y los que hayan permanecido fieles a la elección de Dios cobrarán ánimo y levantarán la cabeza, seguros de que el Hi...

El encuentro con el diablo

Meditación sobre Lc 4,1–13 San Lucas presta particular atención a la presencia y la acción del Espíritu Santo en la vida de Jesús. En el bautismo en el Jordán, Dios lo ha ungido con el Espíritu Santo. Enseguida el Espíritu Santo lo lleva al desierto para preparar en la oración la misión que el Padre le ha encargado: Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres hijo de Dios di a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le respondió: “Está escrito:  No sólo de pan vive el hombre” . “Si eres hijo de Dios” . En las Escrituras de Israel la expresión «hijo de» es muy rica de sentido; la expresión «hijo de Dios» hace referencia al israelita justo y temeroso de Dios. Cristo Jesús es mucho más que eso. Él es el Hijo Unigénito de Dios. Por eso la respuesta. Algún tiempo después...

Bautismo de Jesús

Meditación sobre Lc  3,21–22 San Lucas cierra la historia de Juan Bautista diciéndonos: Herodes, el tetrarca, reprendido por él a causa de Herodías, la mujer de su hermano, y a causa de todas las malas acciones que había hecho, añadió a todas ellas la de encerrar a Juan en la cárcel. Ahora el evangelista vuelve un poco atrás para relatarnos el inicio de la vida pública de Jesús. Lucas nos va a decir que el pueblo acude al Jordán a ser bautizado por Juan y dejar de modo simbólico sus pecados en lo profundo de las aguas; ese es, me parece, el sentido del bautismo de Juan. Jesús acudirá al Jordán para encontrarse con los pecados de Israel y cargar con ellos. Es un símbolo de lo que sucederá en el Calvario, en el verdadero bautismo de Jesús –su Bautismo de Sangre–, donde descenderá hasta lo más profundo del pecado del mundo para expiarlo  y reconciliarnos con su Padre Dios. Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, ba utizado también Jesús y puesto en oración, se...

Bienaventurado el seno que te llevó

Meditación sobre Lc 11,27–28 Jesús ha estado enseñando acerca de la llegada del Reino de Dios, y la enseñanza ha entusiasmado a una mujer del pueblo: Aconteció que estando Él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente y dijo: “Bienaventurado el seno que te llevó y los pechos que mamaste”. Él dijo: “Bienaventurados más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan”. Escuchar la Palabra de Dios y guardarla; qué expresión tan preciosa. ¿Por qué puedo escuchar la Palabra de Dios? Porque Dios nos la dirige con mucha generosidad. Así nos lo dice la Carta a los Hebreos en su comienzo: Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos . El que escucha la Palabra de Dios la recibe en el corazón, que es el hogar donde se protege y se cuida, donde crece hasta dar frutos de gloria de Dios y de h...

La palabra de Dios vino sobre Juan

 Meditación sobre Lc 3,1-20 La entrada en escena del Bautista: El año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y de la región de Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdote Anás y Caifás, la palabra de Dios vino sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. El año indicado puede ser el 27/28 o el 28/29. Ungido con la palabra de Dios, Juan Bautista entra en la historia de la Salvación rodeado de personajes siniestros. Con la presencia de estos personajes se dibuja ya, con fuerza, la sombra de la Cruz de Cristo. La palabra de Dios es fuerza que pone en marcha a Juan, y sabiduría que le dice lo que tiene que predicar. Y la palabra de Dios, que ya había resonado a lo largo de los siglos por los Profetas de Israel nos revela, ahora con la colaboración de Juan, que la voluntad de Dios es que nos convirtamos de nuestros pecados y creamos en el Salvador que ...

Desde lo más profundo

 Meditación sobre Sal 130 Este Salmo –el  De profundis  en la versión latina–,  un canto de los que suben en peregrinación al Templo, es el sexto de los Salmos Penitenciales para la Iglesia Católica. Es una oración preciosa. El salmista se dirige a Dios con una admirable confianza filial. Canción de las subidas. Desde lo más profundo grito a ti, Señor ¡Señor, escucha mi clamor! ¡Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas! Si llevas cuenta de las culpas, Señor, Señor, ¿quién te puede resistir? Mas el perdón se halla junto a ti, para que seas temido. Desde lo más profundo :  puede hacer referencia al abismo de la muerte; pero me parece que el salmista grita a Dios, y le pide que escuche su clamor, desde la profundidad de su conciencia humana abrumada por el peso de sus pecados. Es la súplica que brota desde lo más profundo de un corazón contrito y humillado.    El salmista tiene la seguridad de que los oídos de su Dios estarán atentos a la voz de s...