Meditación sobre Ap 1,1-8 El libro del Apocalipsis se abre diciendo: Revelación de Jesucristo, que Dios le ha comunicado para revelar a sus siervos lo que va a suceder pronto. Y Él la manifestó, enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, quien ha atestiguado todo lo que vio: la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Bienaventurado el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella; porque el tiempo está cerca. La revelación que Juan se dispone a escribir a la Iglesia tiene su origen en Dios, que se la comunica a Jesucristo. Este la manifiesta, por medio de su ángel, a su siervo Juan, y esta revelación concluye su camino en la asamblea litúrgica, donde es leída en voz alta. Todos los que escuchan y guardan las palabras de esta profecía son bienaventurados. Esta es la primera bienaventuranza de las siete –número de plenitud– que contiene el Apocalipsis. Es muy significativo que la primera bienaventuranza sea acoger la palab...
Meditaciones para amigos