Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2025

¡Señor, señor, ábrenos!

Meditación sobre Mt 25,1-13 El Discurso Escatológico de Jesús –quinto de los que recoge San Mateo– se encuentra en los tres Evangelios sinópticos. El tema común en todo el discurso es la exhortación del Señor a la vigilancia. El relato de Mateo se completa con algunas parábolas; una de ellas es la que vamos a meditar, una parábola que deja en el corazón un regusto de tristeza. Es una parábola; lo importante es el mensaje, la punta de la parábola que busca clavarse en nuestro corazón. Todo lo demás está al servicio de la invitación a velar. El comienzo de la parábola significa: «Sucede con el Reino de los Cielos lo que sucede con diez vírgenes que ...» Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes que, con sus lámparas en la mano, salieron al encuentro del esposo.  Cinco  de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas no se proveyeron de aceite; mas las prudentes tomaron aceite en las  alcuzas  junto con sus...

Los nombres de Jesucristo

Meditación sobre Ap 1,1-8 El  libro del Apocalipsis se abre diciendo: Revelación de Jesucristo, que Dios le ha comunicado para revelar a sus siervos lo que va a suceder pronto. Y Él la manifestó, enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, quien  ha atestiguado todo lo que vio: la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Bienaventurado el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella; porque el tiempo está cerca. La revelación que Juan se dispone a escribir a la Iglesia tiene su origen en Dios, que se la comunica a Jesucristo. Este la manifiesta, por medio de su ángel, a su siervo Juan, y esta revelación concluye su camino en la asamblea litúrgica, donde es leída en voz alta. Todos los que escuchan y guardan las palabras de esta profecía son bienaventurados. Esta es la primera bienaventuranza de las siete –número de plenitud– que contiene el Apocalipsis. Es muy significativo que la primera bienaventuranza sea acoger la palab...

Yo les he dado a conocer tu Nombre

Meditación sobre Jn 17,20-26 La oración en el Cenáculo es, según el Evangelio de San Juan, la puerta por la que Jesús entra en la Pasión. Escuchamos el final de esta admirable oración. Jesús ha estado intercediendo ante su Padre Dios por sus apóstoles; ahora lo va a hacer por nosotros: “No ruego solo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como Tú, Padre, en mí y Yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado”. Jesús ruega al Padre por todos los que, a lo largo de los siglos y fruto de la vida de la Iglesia, creerán en Él. Jesús le pide al Padre para que todos los cristianos sean uno. Siempre la unidad. La unidad que tiene  su fundamento y su origen en la comunión del Padre y el Hijo. El fruto de esta unidad es que el mundo crea que Jesús es el enviado del Padre.    Cuánto insiste Jesús en que los cristianos tienen que comportarse de tal modo que el mund...

Creer en Cristo Jesús

Meditación sobre Jn 16,7-11 En el Cenáculo, cuando está a punto de dejar a sus discípulos para volver al Padre, Jesús les dice lo que les espera. Entre otras cosas les anuncia: “Os expulsarán de las sinagogas; más aún, llega la hora en la que todo el que os dé muerte pensará que hace un servicio a Dios. Y esto os lo harán porque no han conocido a mi Padre ni a mí”. Qué terrible lo que se sigue de no conocer a Dios Padre ni a su Hijo Jesucristo. ¿Cómo se puede evitar eso? ¿Cómo se puede conocer al Padre y a su Hijo Encarnado? Solo hay un modo: creer en Cristo Jesús. El Espíritu Santo nos revelará que el no creer en Jesucristo es la razón última de ese comportamiento que lleva a pensar que el dar muerte a los cristianos es hacer un servicio a Dios. Por eso la conveniencia de que Jesús, una vez que haya vuelto al Padre, nos envíe al Paráclito: “Pero Yo os digo la verdad: os conviene que  Yo me  vaya, porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito, pero si me voy, os lo en...

Si me amáis, guardaréis mis mandamientos

Meditación sobre Jn 14,15-26 Estamos en el Cenáculo. Judas, el traidor, ya ha salido a la noche. Jesús está a solas con los suyos. La conversación se hace particularmente íntima: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y Yo rogaré al Padre y os dará otro Paráclito para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de la Verdad; que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le conocéis porque permanece a vuestro lado y está en vosotros”. Jesús invita. Jesús no fuerza ni manipula. Jesús invita. Siempre el respeto de Dios por nuestra libertad. Si le amamos, nos dice, guardaremos sus mandamientos. No se trata de emociones y cosas parecidas; el único modo de saber que amamos a Jesús es que escuchamos sus palabras, las meditamos en la oración, dejamos que se graben en el corazón, y las vivimos.    Si amamos a Jesús, el Hijo nos introduce en su oración: rogará  al Padre para que nos envíe al Espíritu de la Verdad. Y el Espíritu de la Verda...

La Asunción de María

Meditación sobre Jn 17,24-26 Jesús termina la oración en el Cenáculo, que es la puerta por la que va a entrar en su Pasión. Hasta aquí se ha dirigido a su Padre con los verbos «rogar» y «pedir»; ahora lo va a hacer con el verbo «querer»: “ Padre, los que Tú me has dado, quiero que donde  Yo esté  estén también conmigo; para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo”. De qué modo tan emocionante se refiere Jesús a los cristianos en su conversación con el Padre. Nos ve como un don que el Padre le ha hecho; por eso quiere tenernos con Él. En el cristianismo todo se contiene en una palabra: la palabra «don». El Hijo es un don que el Padre nos hace, y el cristiano es un don que Dios Padre hace a su Hijo. Una vez que has abierto tu corazón al don que el Padre te hace, Jesucristo será tu única verdadera riqueza. Es la única que se abre a la eternidad. Y una vez que has aceptado que Dios te haga un don para su Hijo ya no te perten...

Beberéis mi cáliz

 Meditación sobre Mt 20,17-28 Nos dice San Mateo: Cuando subía Jesús camino de Jerusalén tomó aparte a sus doce discípulos y les dijo: “Mirad, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles para burlarse de Él y azotarlo y crucificarlo, pero al tercer día resucitará”. Jesús nos dice que sube a Jerusalén para cumplir la voluntad de su Padre Dios. Es lo que la expresión «será entregado» significa. En último extremo todo responde al designio de Dios. Por eso la última palabra la tendrá la Resurrección de Jesucristo. Es el designio de Dios, y el amor obediente y humilde de Jesús a su Padre, lo que da valor redentor al sufrimiento de la Pasión; y a la burla. Qué importancia tiene la burla en estas palabras del Señor:  “para burlarse de Él” . Si escuchas con detenimiento los cuatro relatos de la Pasión de Cristo que los Evangelios nos han dejado, descubres la importan...

Os conviene que Yo me vaya

Meditación sobre Jn 16,1-15 Meditación sobre Jn 16,5-15 La conversación de Jesús con sus discípulos en el Cenáculo es una larga despedida. Acaba de decirles que les va a dejar en un mundo que les odia, y que llegará la hora en que todo el que les mate piense que da culto a Dios. Pero Jesús les tranquiliza : todo responde al designio de Dios: “Ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: «¿Dónde vas?» Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero Yo os digo la verdad: Os conviene que  Yo me  vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito, pero si me voy, os lo enviaré. Y cuando Él venga convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, porque no creen en mí; de justicia, porque voy al Padre y no me veréis más; de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”. Jesús vuelve al Padre que le ha enviado. Y, como siempre nos dice la verdad, nos dice que nos conviene que É...