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Mostrando entradas de julio, 2025

Como el Padre me amó

Meditación sobre Jn 15,9-12 Estamos en el Cenáculo. Jesús está a punto de salir al encuentro con la Cruz. La revelación que nos va a dejar es conmovedora: “Como el Padre me amó, así os he amado Yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como Yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”. Jesús  es el Hijo Amado del Padre. El Padre solo tiene un Amor: el Amor con el que ama a su Hijo. Jesús nos revela que permanecer en el Amor del Padre es la razón de su vivir. Por eso lo único importante en su vida es guardar los mandamientos de su Padre. Eso es lo que da razón de todo lo que Jesús hace y de todo lo que dice. Guardar los mandamientos de su Padre y permanecer en su amor es la razón de la Pasión. Y lo que hace de la Pasión la obra Redentora.    Jesús nos dice que ha venido al mundo para traernos el Amor del Padre, para amarnos con el amor con el que su Padre le ama a Él. Sólo el Hijo Amado nos puede introducir e...

Parábola de la cizaña del campo

Meditación sobre Mt 13,24-30.36-43 San Mateo agrupa siete parábolas de Jesús sobre el Reino de los Cielos en lo que ahora es el capítulo número trece de su Evangelio. El capítulo comienza así: Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a Él, que hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la ribera. Y les habló muchas cosas en parábolas Ahí, a orillas del mar, escuchando a Jesús que nos habla muchas cosas en parábolas, estamos todos. Vamos a escuchar una parábola de Jesús a la que  los discípulos se refieren con la expresión: «La parábola de la cizaña del campo». Luego escucharemos la explicación que Jesús nos ha dejado de esta parábola. Otra parábola les propuso, diciendo:    “El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto apareció en...

La pregunta por la vida

Meditación sobre Lc 10,25-37 San Lucas nos invita a asistir al encuentro de Jesús con un doctor de la Ley: S e levantó un doctor de la Ley y dijo para tentarle: “Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?” Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?” Respondió: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Le dijo: “ Bien has  respondido. Haz eso y vivirás”.   El doctor de la Ley hace la pregunta realmente importante, y la hace al único que le puede responder. Solo Jesús, el Hijo que ha venido al mundo a traernos la vida que recibe del Padre, puede responder a esa pregunta; solo la vida que Él nos trae es vida eterna. Lo demás pasará.    El Señor deja claro que esas palabras de la Ley que cita el escriba son palabra de Dios. Jesús nos garantiza que sobre este mandamiento podemos edificar nuestra vida para la eternidad. Por eso hay que p...

El padre misericordioso

Meditación sobre Lc 15,1-32 San Lucas es el evangelista que subraya la misericordia de Dios de un modo especial. Este capítulo es un ejemplo. Está estructurado en tres parábolas, con un breve encabezamiento. Las dos primeras parábolas son muy sencillas, muy bonitas, y muy luminosas. La tercera es, quizá, la más poderosa parábola que nos ha entregado Jesucristo. Cuántas gracias tenemos que dar al Señor por la enseñanza que nos ha dejado con estas parábolas.    En el encabezamiento está la clave de lectura de las tres parábolas, especialmente de la parábola del Padre misericordioso. Jesús dirige sus parábolas a los escribas y fariseos, gente ajena a la misericordia, estrictos cumplidores de su ley e intransigentes con todo otro planteamiento. Escuchemos al evangelista, que nos deja el testimonio del atractivo que tenía Jesús para los publicanos y los pecadores. Del modo que solo Dios conoce, estos hombres saben que con Jesús viene al mundo la misericordia de Dios. Todos los publ...

Yo soy la Vid verdadera

Meditación sobre Jn 15,1-8 Los Profetas de Israel recurren a distintas imágenes para expresar, en la medida de lo posible, el amor de Dios por su pueblo. Una de estas es la imagen de la viña: Dios es el viñador e Israel es su viña exquisita . Página conmovedora es la canción de la viña del profeta Isaías: Voy a cantar a mi amigo la canción de su amor por su viña. Una viña  tenía mi amigo  en un fértil otero. La cavó y despedregó, y la plantó de cepa exquisita. Edificó una torre en medio de ella, y además excavó en ella un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio  agraces . Ahora, pues, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, venid a juzgar entre mi viña y yo: ¿Qué más se puede hacer ya  a mi  viña, que no se lo haya hecho yo? Yo esperaba que diese uvas. ¿Por qué ha dado  agraces ? Qué admirable alabanza dirige a la casa Israel el canto de la viña. Cómo nos revela el profeta el amor que ha derrochado el Viñador en su viña. Qué pena que los ...

El encuentro con María Magdalena

Meditación sobre Jn 20,1-18 Amanece el día que ya no tendrá ocaso. Movida por el amor a Jesús, y con el deseo de prestarle un último servicio, María Magdalena se dirige al sepulcro. El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro, cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús amaba y les dice: “Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto”. María es la primera persona que lleva a los apóstoles la novedad del sepulcro vacío. Pedro y Juan toman en serio la noticia: Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vend...

Ha de saber el mundo que amo al Padre

Meditación sobre Jn 14,27-31 Estamos en el Cenáculo. Jesús está a punto de encaminarse al encuentro con la Cruz. Nos dice que ha venido al mundo a traernos su paz; una paz que el mundo no puede darnos, pero tampoco puede quitarnos; una paz que, como todo, el Hijo recibe del Padre: “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: «me voy y volveré a vosotros». Si me amarais, os  alegraríais  de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que Yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis”.     Jesús nos habla con frecuencia de que Él ha venido al mundo enviado por el Padre y, cuando lleve a cabo la obra que el Padre le ha encomendado realizar –que incluye el traernos su paz–, volverá al Padre, que es más grande que Él. Por eso les dice a sus discípulos que no se alteren ni se acobarden. Y les dice:  “Si me amarais, os  aleg...