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Mostrando entradas de julio, 2025

Parábola de la cizaña del campo

Meditación sobre Mt 13,24-30.36-43 San Mateo agrupa siete parábolas de Jesús sobre el Reino de los Cielos en lo que ahora es el capítulo número trece de su Evangelio. El capítulo comienza así: Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a Él, que hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la ribera. Y les habló muchas cosas en parábolas Ahí, a orillas del mar, escuchando a Jesús que nos habla muchas cosas en parábolas, estamos todos. Vamos a escuchar una parábola de Jesús a la que  los discípulos se refieren con la expresión: «La parábola de la cizaña del campo». Luego escucharemos la explicación que Jesús nos ha dejado de esta parábola. Otra parábola les propuso, diciendo:    “El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto apareció en...

La pregunta por la vida

Meditación sobre Lc 10,25-37 San Lucas nos invita a asistir al encuentro de Jesús con un doctor de la Ley: S e levantó un doctor de la Ley y dijo para tentarle: “Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?” Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?” Respondió: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Le dijo: “ Bien has  respondido. Haz eso y vivirás”.   El doctor de la Ley hace la pregunta realmente importante, y la hace al único que le puede responder. Solo Jesús, el Hijo que ha venido al mundo a traernos la vida que recibe del Padre, puede responder a esa pregunta; solo la vida que Él nos trae es vida eterna. Lo demás pasará.    El Señor deja claro que esas palabras de la Ley que cita el escriba son palabra de Dios. Jesús nos garantiza que sobre este mandamiento podemos edificar nuestra vida para la eternidad. Por eso hay que p...

El padre misericordioso

Meditación sobre Lc 15,1-32 San Lucas es el evangelista que subraya la misericordia de Dios de un modo especial. Este capítulo es un ejemplo. Está estructurado en tres parábolas, con un breve encabezamiento. Las dos primeras parábolas son muy sencillas, muy bonitas, y muy luminosas. La tercera es, quizá, la más poderosa parábola que nos ha entregado Jesucristo. Jesús dirige sus parábolas a los escribas y fariseos, gente ajena a la misericordia, estrictos cumplidores de su ley e intransigentes con todo otro planteamiento. Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: “Éste acoge a los pecadores y come con ellos”. Es verdad. Jesús acoge a los pecadores; y no solo eso, sino que come con ellos, lo que era particularmente escandaloso para los estrictos cumplidores de la ley. Todo es verdad; es la verdad que da razón de la Encarnación del Verbo  de Dios. Para esto ha venido el Hijo de Dios al mundo. Acogiendo a los p...

Yo soy la Vid verdadera

Meditación sobre Jn 15,1-8 Los Profetas de Israel recurren a distintas imágenes para expresar, en la medida de lo posible, el amor de Dios por su pueblo. Una de estas es la imagen de la viña: Dios es el viñador e Israel es su viña exquisita . Página conmovedora es la canción de la viña del profeta Isaías: Voy a cantar a mi amigo la canción de su amor por su viña. Una viña  tenía mi amigo  en un fértil otero. La cavó y despedregó, y la plantó de cepa exquisita. Edificó una torre en medio de ella, y además excavó en ella un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio  agraces . Ahora, pues, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, venid a juzgar entre mi viña y yo: ¿Qué más se puede hacer ya  a mi  viña, que no se lo haya hecho yo? Yo esperaba que diese uvas. ¿Por qué ha dado  agraces ? Qué admirable alabanza dirige a la casa Israel el canto de la viña. Cómo nos revela el profeta el amor que ha derrochado el Viñador en su viña. Qué pena que los ...

Tres revelaciones

Meditación sobre Mt 9,35-38 Cuando María y José llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor, se encontraron con Simeón, hombre justo y piadoso, que había ido al Templo movido por el Espíritu. Este anciano, con el Niño en brazos y dirigiéndose a María, nos reveló: Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción –¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!– a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones. Que Jesús está puesto como señal de contradicción, que ante Él –ante sus obras y sus palabras–, queda al descubierto lo que hay en el corazón del hombre, se pone de manifiesto en cada página del Evangelio. Así, en el capítulo noveno del relato de San Mateo, después de una serie de poderosas obras de vida de Jesús –como la vuelta a la vida de la hija de Jairo–, la reacción de los testigos es muy variada: La gente, admirada, decía: “Jamás se vio cosa igual en Israel”. Pero los fariseos decían: “Por el prí...

Cuarto canto del Siervo

 Meditación sobre Is 52,13-53,12 Este canto manifiesta el carácter de expiación vicaria de los sufrimientos del Siervo de Dios: Mirad: mi Siervo triunfará, será ensalzado, enaltecido y encumbrado. Como muchos se horrorizaron de él –tan desfigurado estaba, que no tenía aspecto de hombre ni apariencia de ser humano–, así él asombrará a muchas naciones. Por su causa los reyes cerrarán la boca, al ver lo que nunca les habían narrado, y contemplar lo que jamás habían oído. Habla Dios. Deja claro que la última palabra la tendrá la exaltación: su Siervo triunfará, será ensalzado, enaltecido y encumbrado. Pero el camino será terrible, y quedará completamente desfigurado, perderá el aspecto de hombre –y hasta la apariencia de ser humano– por la violencia que descargará  sobre él. El contraste entre desfiguración y exaltación, que nunca nadie había oído jamás, asombrará a muchas naciones. La pregunta que abre la siguiente estrofa deja claro que sólo Dios nos puede revelar el mister...

José, hijo de David

Meditación sobre Mt 1,18–25 San Mateo abre su Evangelio diciendo: Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham . Luego sigue una larga genealogía, que termina diciendo: Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. El evangelista se va a centrar en la generación de Cristo Jesús: La generación de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba desposada con José, y antes de que conviviesen se encontró con que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería exponerla a infamia, pensó repudiarla en secreto.    Consideraba él estas cosas, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”.   Jose, el hijo de David...