Meditación sobre Mc 14,41-52 Jesús termina la oración en Getsemaní con un anuncio dramático a sus discípulos: “Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levantaos! ¡vámonos! Mirad, el que me va a entregar está cerca”. Jesús sabe que ha llegado la hora decretada por el Padre, y se introduce en la Pasión con particular señorío; y de forma serena y deliberada se dejó entregar en manos de los pecadores. Todavía estaba hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos. El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es, prendedle y llevadle con cautela». Nada más llegar, se acerca a él y le dice: «Rabbí», y le dio un beso. Ellos le echaron mano y le prendieron. Uno de los presentes, sacando la espada, hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le llevó la orej...
Meditaciones para amigos