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Mostrando entradas de noviembre, 2023

Dos parábolas del Reino de Dios

Meditación sobre Mc 4,26-34 El comienzo de la misión de Jesucristo según San Marcos: Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva”. Jesús dedicará no pocas parábolas a revelarnos el misterio del Reino de Dios que Él nos trae y en el que nos invita a entrar. Escuchemos dos de esas parábolas:  Y decía: “El Reino de Dios es como un hombre que arroja la semilla en la tierra, y ya duerma, ya vele, de noche y de día, la semilla germina y crece, sin que él sepa cómo. De sí misma da fruto la tierra; primero la hierba, luego la espiga, en seguida el trigo que llena la espiga; y cuando el fruto está maduro, se mete la hoz, porque la mies está en sazón”. Desde que la semilla cae en tierra ya estamos en el ámbito del Reino de Dios, que tiene en sí mismo la fuerza vital para hacer que la semilla germine y crezca, y que llegue a dar fruto maduro para la si...

El encuentro con la pecadora

Meditación sobre Lc 7,36-50 El relato que Lucas nos ha dejado del encuentro de Jesús con la mujer pecadora es conmovedor. El Espíritu Santo, con la colaboración de los Profetas, ha grabado en el corazón de esta mujer el sello del Israel fiel: la conciencia del propio pecado y la seguridad de que su Dios es grande en perdonar. Escuchemos el relato: Un fariseo le rogó que comiera con él, y entrando en la casa del fariseo se puso a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume y, estando detrás de Él, a sus pies, llorando, comenzó a bañar con lágrimas sus pies y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies y los ungía con el perfume.  Esta mujer conoce a Jesús. Del modo que sólo el Espíritu Santo sabe, esta mujer ha adquirido la certeza de que en Jesús de Nazaret ha venido al mundo la misericordia de Dios. Y va a su encuentro. Sabe que el Señor entenderá el lenguaje de...

Tres revelaciones

  Meditación sobre Mt 9,35-38  Esta breve página del Evangelio de Mateo contiene una poderosa revelación. Jesús nos va a decir primero que ha venido al mundo para predicar el Evangelio y traernos la vida que Él recibe del Padre: Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.  Qué tierra tan privilegiada es Galilea. En Galilea se encarnó el Hijo de Dios, allí vivió la Sagrada Familia. En Galilea comenzó Jesús a proclamar el Evangelio de Dios, y esa región la recorrió Jesús durante tiempo invitando a la conversión y a la fe y haciendo poderosas obras de vida. Ninguna otra tierra en el mundo ha tenido una relación tan estrecha con Jesucristo. Los que conocen bien esta tierra consideran que ha dejado una huella profunda en Jesús, y sus parábolas se adaptan admirablemente a Galilea, a lo amable de su paisaje, a lo abierto de sus gentes, a lo suave de su clima, a lo fértil de s...

Jesús les salió al encuentro

Meditación sobre Mt 28,1-10  En el atardecer del viernes, nos dice el evangelista, Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu. Muerto el Señor, José de Arimatea se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue. Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro. Con este horizonte seguimos escuchando a Mateo:  Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Y sobrevino un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias temblaron de miedo ante él y se quedaron como muertos....

El encuentro con el diablo

Meditación sobre Lc 4,1-13 San Lucas nos ha dicho que la gente acudía a Juan para ser bautizada por él en el Jordán. Y nos dice también: Bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre Él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo, el Amado, en ti me he complacido”. Jesús es Cristo, el Ungido con el Espíritu Santo, que le lleva al desierto para preparar en la oración la misión que el Padre le ha encargado. Allí le sale al encuentro el diablo: Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres hijo de Dios di a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le respondió: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre” . El diablo debió considerar el hambre, manifestación de que Jesús es verdadero hombre, ...