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Mostrando entradas de mayo, 2023

Eucaristía y traición

Meditación sobre Mc 14,12-31 Cuando Jesús sabe que ha llegado su hora ya lo tiene todo preparado; marcha al encuentro de la Cruz con plena conciencia y total libertad.  El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: “¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?” Y envía a dos de sus discípulos y les dice: “Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle, y allí donde entre decid al dueño de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos? Él os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros”. Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua. Los dos discípulos manifiestan plena confianza en su Maestro, y su confianza no les defrauda: lo encontraron todo tal como el Señor les había...

Se puso a hacer oración

Meditación sobre Mc 1,35-39 Después de la intensa jornada del sábado en Cafarnaúm, el evangelista nos dice: De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración.  Jesús busca la hora y el lugar para, envuelto en la oscuridad y en el silencio, estar a solas con su Padre Dios. Con Jesús viene al mundo una nueva oración: la oración del Hijo único. No un nuevo modo ni una nueva técnica, sino una nueva oración. Una oración que es manifestación de la comunión de vida del Padre y el Hijo. En el Cenáculo, a punto ya de volver al Padre, San Juan nos dice que Felipe le pide: Señor, muéstranos al Padre y nos basta . Jesús le responde: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el...

Unción de Jesús en Betania

Meditación sobre Mc 14,1-11 Desde el inicio del ministerio público del Señor, pesa sobre Él la amenaza de muerte. Esta amenaza es el marco del encuentro de Jesús con una mujer.  Faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y darle muerte. Pero se decían: “Durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo”.  Jesús lleva tres años proclamando, con obras y palabras, el Evangelio de Dios. Ahora, tan cerca ya de la Pasión, una mujer viene, en nombre de todos los que acogerán el Evangelio a lo largo de los siglos, a agradecerle al Señor su obra. Estando Él en Betania, en casa de Simón el leproso, recostado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, de mucho precio; quebró el frasco y lo derramó sobre su cabeza.     Había algunos que se decían entre sí indignados: “¿Para qué este despilfarro de perfume? Se podía haber vendido este perfume por...