Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2021

La Palabra de Dios

La Sagrada Escritura se abre diciéndonos:  En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas . En ese principio resuena la palabra de Dios; cada uno de los días en los que el autor del relato estructura la creación se abre con un: Dijo Dios . El primero es: Dijo Dios: ‘Haya luz’, y hubo luz . Y al ritmo del decir de Dios, de ese decir que brota del corazón del Creador y es portador de su amor por nosotros, va surgiendo esa obra resplandeciente de belleza y de orden, rebosante de vida, que es la Creación. Cuando todo está preparado, el último decir creador es:  Dijo Dios: ‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra’ (...).  Y creó Dios al hombre a su imagen,  a imagen de Dios lo creó;  varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla (...). Y así fue . ...

Dios Salvador nuestro

Meditación sobre 1 Tim 1,12-17 El Apóstol abre la carta diciendo: Pablo, apóstol de Cristo Jesús, por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo mío en la fe. Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Después dedica un largo párrafo a explicar por qué le pidió a Timoteo que se quedase en Éfeso. Y continúa: Doy gracias al que me dio fuerzas, a Cristo Jesús Señor nuestro, porque me consideró digno de su confianza, poniéndome en el ministerio a mí, que antes fui un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero encontré misericordia porque obré por ignorancia en mi infidelidad. Y la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí, juntamente con la fe y la caridad que están en Cristo Jesús. Cómo le agradece Pablo a Cristo Jesús que haya confiado en él. La ignorancia no es inocencia; el mal hecho queda hecho y, como el mal tiene vida propia, sigue haciendo el mal. Pero la ignorancia tampoco es la impied...