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Mostrando entradas de 2020

Instituyó los Doce

Meditación sobre Mc 3,13-19    Marcos va construyendo su Evangelio a base de cuadros. Cada cuadro es una escena que, con frecuencia, no está bien delimitada en el tiempo ni en la geografía. El centro de la escena, y lo que da unidad a las escenas entre sí, es Jesús: lo que Jesús hace y lo que Jesús dice. Lo que el evangelista quiere es que entremos en esas escenas –tantas veces las deja abiertas– y sintamos que Jesús habla y obra para cada uno de nosotros. Con este propósito escuchamos:    Y subió al monte y llamó a sí a los que Él quiso; y vinieron a Él. E instituyó Doce para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar y que tuviesen potestad de expulsar los demonios. E instituyó los Doce; e impuso a Simón el nombre de Pedro; y a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; y a Andrés, y Felipe, y Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y Santiago el de Alfeo, y Tadeo, y Simón el Canan...

El ayuno del cristiano

Meditación sobre Mc 2,18-22     El evangelista nos ha contado que mientras Jesús comía con los colegas de Leví unos fariseos se creyeron con la autoridad de pedir explicaciones sobre su conducta. Ahora van a ser otras gentes las que van a pedir cuentas a Jesús, esta vez con motivo de unos ayunos devocionales –no se trata del «gran ayuno del Día de la expiación» ni de otro ayuno solemne de Israel–:    Y estaban los discípulos de Juan y los fariseos ayunando. Y vienen y le dicen: ¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y, en cambio, tus discípulos no ayunan?    Pobre gente. ¿Qué sucederá con estos –y tantos otros a lo largo de la historia– cuando descubran a quién han pedido cuentas?:     Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otr...

En casa de Simón y Andrés

Meditación sobre Mc 1,29-34    Jesús comienza a proclamar el Evangelio de Dios en Galilea, anunciando que el tiempo se ha cumplido y que el Reino de Dios está cerca. Un sábado se presenta en la sinagoga de Cafarnaúm y manifiesta la cercanía del Reino de Dios enseñando con autoridad y liberando a un hombre poseído por un espíritu inmundo. La gente queda admirada y la fama de Jesús comienza a extenderse.     Desde la sinagoga se dirige Jesús a la casa de Simón y Andrés, y en esta casa de familia vamos a ser testigos de cómo sigue creciendo el Reino de Dios en esta privilegiada tierra de Galilea:     Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.    Qué admirable relato; qué familiar y qué sencillo todo; Jesús se acer...